Lin Huang frunció el ceño al oír a Bai Yan hablando detrás de él. La razón por la que él no mataba a Bai Yan era porque a nadie se le permitía matar a alguno de los participantes durante la evaluación o, de lo contrario, estaría en la lista negra. Sin embargo, si Bai Yan lo molestaba de nuevo, pensaba en matarlo en una manera imposible de rastrear.
—¿Hay algo más que quieras decir? —le preguntó Lin Huang de manera poco amistosa, dejando de caminar.
—Solo quiero advertirte que la noticia de que robaste toda la droga del Castillo Heisen se ha filtrado. Muchos de los participantes están en camino para obtener la droga de ti —le recordó Bai Yan.
—¿Qué robé la droga del castillo? ¿Dónde escuchaste eso?
Lin Huang se quedó sin palabras.
—Alguien publicó una nota en la entrada de la Asociación de Cazadores, he oído que fue hecho por una chica.
Observando la reacción de Lin Huang, Bai Yan comenzó a dudar de la noticia que había leído.