Ya que Leng Yuexin le pidió que se quedara, Lin Huang no se excusó a sí mismo, a pesar de que los demás querían que lo hiciera. Li Yanxing estaba inexpresivo y era obvio que los otros jóvenes estaban infelices, pero, sin embargo, no dijeron ninguna palabra. Era incomodo, pero Lin Huang decidió unirse al equipo de todos modos. Él era también el único forastero que los siguió.
―Supongo que no tienes una montura, ¿cierto? ―le preguntó Leng Yuexin a Lin Huang.
―No, no lo puedo pagar...
Lin Huang fue honesto.
Los hombres jóvenes de la realeza juzgaron a Lin Huang cuando oyeron lo que dijo.
―Viajaras conmigo entonces, no traje monturas extra ―le ofreció Leng Yuexin, pero su expresión seguía siendo fría.
Era obvio que ella solo se lo había ofrecido para que pudiera completar la misión.
―Hermano Lin, ¿por qué no viajas conmigo? Miss Leng es una dama, y puede no ser conveniente.
Li Yanxing observó y ofreció a Lin Huang un paseo con él.