Bajo el cielo oscuro las luces de la calle emitían un débil resplandor amarillo, iluminando la calle.
Dos luces se estrellaban súbitamente una contra la otra bajo una de las luces de la calle.
Uno de los resplandores era tan negro como la tinta mientras que el otro resplandor era de color púrpura.
El resplandor negro y púrpura cubrió la luz de las piedras del sol en un instante y chocaron entre sí.
*¡Bang!*
Una fuerte explosión se escuchó como si cientos de truenos se hubiesen estrellado juntos al mismo tiempo.
Ninguno de los resplandores cedería, se extendieron como la niebla. Todas las luces emitidas por las farolas de la calle fueron engullidas mientras se expandía.
La réplica de la fuerza como resultado de la colisión agitó el ambiente. Era como tirar piedras al agua. La atmósfera se asemejaba a las ondas, produciendo un viento agresivo que ondeaba por todas partes.