Yi Zheng era tan rápido como el rayo. Su cuerpo parecía mezclarse con el aire cuando daba un paso. Sin ningún sonido o cambio en la presión del aire, su velocidad parecía alcanzar su máximo en cuestión de segundos. Lin Huang miró el movimiento de Yi Zheng sin pestañear. Pensó que era una extraña elección de movimiento ya que el único paso que dio había permitido que su espada llegase justo frente a él.