Haltharad empapó su cuerpo con la lava en el volcán espiritual; su mente era un desastre. No podía recordar cuánto tiempo había pasado siendo el soberano en este mundo... Hacía años. No había casi nadie que pudiera derrotarlo en este mundo, desde que había avanzado a nivel fuego dorado. Ese nivel era el más alto que este mundo podría soportar. Como un dragón del cielo doble mutado, su capacidad era la mejor en este pequeño mundo. Si la estúpida Boa Fuego Sombrío no hubiese escuchado lo que dijo el astuto Sapo Dorado y lo hubiese combatido, habría sido el gobernante de este mundo.