—¿Es él la persona de la que estabas hablando?
La Berserker y sus dos compañeros cambiaron sus miradas hacia Shi Feng.
El joven llevaba una capa negra y una armadura plateada. De su cintura colgaban dos espadas largas exquisitas, una blanca y una negra. Cada uno de sus movimientos se sentía natural y agraciado. Sus acciones carecían de torpeza, tanto así que, si no se centraban en él, sus mentes podrían no notar su presencia. Además, no emitía la presión familiar que solían sentir por parte de los expertos. Por el contrario, se sentía seguro y cercano.
Cuando Shi Feng se abrió camino a través del bar, los jugadores parecían moverse fuera de su camino como si intentaran evitarlo intencionalmente. Era como si no pudieran sentir su existencia.
No pasó mucho tiempo para llegara donde se encontraban reunidos.
