Justo cuando los Espíritus Malignos Feroces iban a correr a la casa...
Shi Feng extrajo una Granada Helada Intermedia de su bolsa y la arrojó.
Los Élites ya tenían una comprensión aproximada del formidable poder de la granada y mostraban un gran desdén hacia ella. Sin siquiera intentar esquivarla, sus garras negras se abrieron bruscamente hacia adelante, golpeando hacia el corazón de Shi Feng.
Sin embargo, después de la descarga de la granada, el aire frío que se expandió fue varias veces más frío que antes. En ese momento, los espíritus Élites se dieron cuenta inmediatamente de que algo estaba mal; la expresión siniestra en sus rostros revelaba un indicio de miedo. En un abrir y cerrar de ojos, el aire frío invadió sus formas, transformándolos en esculturas de hielo.