Todos los jugadores en el pasillo callaron ante la repentina aparición de Red Rain.
Ninguno podía apartar sus ojos de ella. No se debía a su belleza ni a su figura trascendente, sino al aura opresiva que irradiaba.
Incluso el más débil de los presentes era un jugador Élite de grupo. Habían experimentado bastantes batallas en Dominio de Dios, y sus sentidos se habían desarrollado hacía mucho tiempo, para ser extremadamente sensibles al peligro.
Todos ellos podían notar que la opresión que sentían no era solo de Red Rain. De hecho, el hacha de batalla que adornaba su espalda era la principal culpable.
En lugar de un hacha de batalla, era más apropiado llamarla una enorme guadaña negra. Muchos patrones de color rojo sangre la cubrían y liberaba un aura maligna que hacía que todos los presentes se sintieran incómodos. A medida que se acercaba Red Rain, la incomodidad se hacía más evidente.
