Los miembros del equipo del Noveno Príncipe, que esperaban impacientes afuera, cargaron dentro después de que el poder prohibido desapareciera.
—¡Zhao Feng!
Todos vieron que Zhao Feng estaba sentado en el suelo, y sus corazones estresados finalmente se relajaron. De lo que se veía, él había ganado.
—Esperaremos aquí. —El Viejo Ying sugirió, y nadie estuvo en desacuerdo. Pudieron sentir la aterradora perturbación de la batalla entre Zhao Feng y el Emperador de la Muerte. Si se acercaban a ella, la fuerza de vida dentro de sus cuerpos se alejaría.
Era difícil imaginar la pelea entre Zhao Feng y la persona de túnica negra. Ya era un milagro para ellos aun estuviera vivo.
No sabían cuándo comenzó eso, pero estaban poniendo todas sus esperanzas en Zhao Feng. Si él tenía un accidente, ese sería el final de la prueba del Príncipe Heredero para ellos.
—Noveno Príncipe, todavía hay esperanza. —El Viejo Ying reconfortó.