—¡Rápido, vamos a ayudar al Duque Nanfeng!
El anciano de cabello plateado y compañía cargaron su poder hacia la ubicación del Duque Nanfeng con pesar y pánico. Por culpa de los cinco Emperadores del Palacio de las Nueve Oscuridades, todos se habían olvidado del tipo que estaba intentando alcanzar el Reino Luz Mística. Nunca habrían pensado que existiría otro asesino que no fuera el Emperador Demoníaco Xuan Luo del Palacio de las Nueve Oscuridades.
—¡No hay suficiente tiempo...! —El corazón de Zhao Feng saltó conforme veía la escena en la cámara secreta subterránea con su ojo izquierdo.
En ese momento, el misterioso hombre envuelto en oscuridad ya había sacado la espada del cuerpo del Duque Nanfeng, causando aún más daño. Las heridas del Duque Nanfeng no sangraron; en cambio, un humo negro apestoso apareció. Era obvio que la espada tenía un raro tipo de veneno en ella.