En situaciones normales, a los tres Reyes les resultaba difícil perseguir a Zhao Feng y Nan Gongsheng. Sin embargo, tenían un antiguo carruaje llameante que podía superar a los Reyes normales, cuando vertían su Yuan Verdadero en él.
—¡Ladrones, dejen atrás los tesoros elementales de Agua y no los mataremos! —Gritó el hombre de mediana edad de túnica amarilla.
Antes de que llegara, se formó la imagen de un dominio amarillo fangoso, que hizo que el área se volviera pesada. Los otros dos Reyes también estaban llenos de intención de batalla; sin importar cuán especiales fueran estos dos ladrones, su grupo solo tenía un Rey mientras que ellos tenían tres, y también tenían tres grupos de élites.
Sin embargo, inesperadamente, los dos se detuvieron repentinamente y giraron, esperando a los tres Reyes.
—Jeje, tu carruaje volador será mío. —El joven del ojo púrpura tenía una expresión juguetona.
