En la cima de la montaña, Zhao Feng observó a Yu Xingchen y Yu Tianhao partir con una expresión solemne.
Desde que regresó de la herencia, su fuerza había aumentado a pasos agigantados. Su cultivación, comprensión, alma y linaje ocular habían aumentado en poder, y en el último año, logró comprender parte del relámpago púrpura de la Destrucción.
Creyó que era imbatible en todo el continente contra cualquiera bajo el Reino Núcleo del Origen, pero esta batalla puso fin a su arrogancia y exceso de confianza.
—No importa lo bueno que pienses que eres, siempre hay alguien mejor ahí afuera. ¿Quién sabe cuántos genios están allí? Solo soy un muchacho en la cima del Continente Flor Azul.
Los ojos de Zhao Feng se volvieron resolutos.
Solo mejorando y dando un paso adelante sería capaz de alcanzar a las leyendas.
—Zhao Feng, ¿cómo están tus heridas?