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El Engaño
El hermoso semblante del Lord Divino Color Soñador se había retorcido en una mueca desagradable. Era claro que se sentía bastante impotente.
—¡Mátenlos! —gritó Zhao Feng.
No podía mostrar misericordia ahora. Puesto que su enemigo estaba en desventaja, era propio que use esta oportunidad para atacar.
Zhao Feng y los otros miembros de su lado cargaron al frente.
¡Boom! ¡Bang!
Explosiones estremecedoras resonaron a través del Reino Divino.
En solo unos momentos, la Tierra Sagrada Dios Ilusorio había sufrido severas bajas.
—¡Retirada!
El Lord Divino Color Soñador solo podía dar esta orden.
Ellos ya no tenían alguna oportunidad de victoria. La única cosa que haría seguir luchando era aumentar sus bajas.
Las bajas de la Tierra Sagradas pronto estuvieron retrocediendo.
Las fuerzas del Reino Divino de la Raza de la Luz naturalmente no solo los dejarían ir y siguieron la persecución.
