—¿¡Cómo...!? —exclamó el gigante.
Como un miembro de la Raza Oro Llameante, ni siquiera podía imaginar cómo una persona del mismo nivel de cultivación podía atravesar con tanta facilidad las defensas de su cuerpo físico. Por otra parte, el Poder Divino en su cuerpo estaba en desorden y drenándose rápidamente. Cada uno de sus movimiento era muy lento, haciéndolo incapaz de resistirse.
¡Swish! ¡Plush!
Zhao Feng jaló la Espada Divina del Origen del Caos del gigante y luego la hundió una vez más.
—¡Devora y absorbe! —La Espada Divina del Origen del Caos de Zhao Feng no solo no se debilitaba, en realidad se estaba volviendo más fuerte. Su espantoso campo de fuerza desgarró al gigante, aniquilándolo en cuerpo y alma.
Todo esto pasó tan de repente que un silencio sepulcral sobrevino. El Maestro y todos los miembros de la Secta Red Celestial, llenos de desesperación, miraron directamente a Zhao Feng.