—¿¡Otra tesorería!? —Zhao Feng se congeló en estado de shock conforme soltaba.
Él y el pequeño gato ladrón ya habían obtenido demasiadas cosas buenas de la primera tesorería. Era difícil imaginar que hubiera una segunda de estas tesorerías. No era de extrañar que el pequeño gato ladrón, después de ganar tanto, todavía eligiera quedarse en esta área peligrosa.
—Pero deben haber tomado algunas contramedidas. —La expresión de Zhao Feng se oscureció.
Él y el pequeño gato ladrón ya habían saqueado una tesorería. Incluso si el Salón Demoníaco Celestial carecía de mano de obra en este momento, deben haber agregado algo de seguridad adicional.
Zhao Feng activó su ojo izquierdo y miró a través del palacio de cristal.
—Alguien está allí. —Zhao Feng rápidamente vio lo que había dentro del palacio de cristal azul y vio una sola silueta.