El repentino ataque de la Raza Oro Llameante tomó a los descendientes de los Ojos de Dios con la guardia baja.
—¡Palma Llameante Celestial Destructora de Demonios! —El Dios Ancestral Espíritu Gigante lideró el ataque, desatando una enorme palma de llamas doradas.
Los poderosos ataques de los otros miembros de la Raza Oro Llameante vinieron con él.
—¡Su objetivo soy yo! —El corazón de Zhao Feng tembló. Se dio cuenta de que los miembros de la Raza Oro Llameante estaban apuntando sus ataques en su dirección.
Por supuesto, los descendientes de los Ojos de Dios también notaron este detalle.
—¡Quieren matar a Zhao Feng! —Gritó el joven de la Tierra Sagrada de la Vida. Era muy consciente del rencor que tenía la Raza Oro Llameante contra Zhao Feng.