En la Cripta de la Araña reinaba un completo silencio.
Lola miró a Marvin, aún un poco sobresaltada, y preguntó con voz ahogada —¿Por qué me estruja la cara?
Marvin la ignoró, se puso de pie y miró en la dirección que había tomado la Araña Roja.
—Se retiró por el momento —el Viejo Tucker dijo con seriedad—. Yo dije que esta Araña Matriarca era muy astuta. Intenté matarla varias veces, pero fue imposible usando solamente mi fuerza.
—Es factible si me agregas —dijo Marvin con confianza.
El Viejo Tucker lanzó una mirada Marvin y asintió tras dudar por un momento.
Percibía que la fuerza de Marvin era mucho más alta que lo que su rango indicaba.
¡Al instante siguiente, el flexible Mediano empezó a correr a toda velocidad por las profundidades de la cueva!
—¡Recuerda seguirlo de cerca!
Marvin arrastró a Lola antes de ir tras Tucker.
Sabía que aquel Viejo Tucker estaba siguiendo los rastros dejados por la Araña Roja.