La noche descendió de la orilla del Río de Sangre y rodeó a todo el Ejército Demoníaco en un instante.
¡Reino de la Noche Eterna!
Todos los Demonios estaban conmocionados. ¿Qué estaba pasando? Cualquiera con un poco de sentido común supondría que, dado que estaban sumidos en una oscuridad absoluta, deberían poder ver fácilmente sus alrededores a través de su Visión Oscura, sin embargo, en ese momento, al caer la noche, ya no podían ver nada.
Incluso los pocos Demonios que estaban en el Reino de Leyenda quedaron atrapados en el Reino de la Noche Eterna. El rugido de un Señor de los Demonios podía oírse débilmente desde las profundidades del Abismo. No obstante, aunque el rugido atravesó el Portal Abisal, no pudo salir, ya que estaba ocupado presidiendo el ritual del Río de Sangre.
Sin embargo, ¡instantáneamente se había dado cuenta de quién había venido! Estaba furioso y muy conmocionado.
