—¿Pertenezco aquí? —se preguntaba Marvin.
Las dudas llenaban su corazón. De pronto, algo apareció en su mente: —Soy Marvin. ¡Estoy en la Torre del Cielo!
Cuando este pensamiento apareció, se esparció como un incendio, y aquellos recuerdos agregados por una fuente externa retrocedieron como la marea.
—Recuerdo claramente cruzar sin problema la prueba del primer piso y que la tabla de piedra me llevó lejos. ¿Podría ser una ilusión?
Marvin se sentía alerta. No era demasiado extraño encontrarse con una ilusión. Había experimentado cosas semejantes en Feinan, incluyendo los sueños de la Servidora Divina del Dios del Sueño, Ambella. Comparado con aquellas ilusiones, este mundo parecía más benévolo, y no intentaba bloquear los recuerdos de Marvin. Sólo había sido bloqueado al inicio, por una considerable cantidad de Poder de Orden, pero recuperó su memoria rápidamente. Parecía que la ilusión era controlada por alguien.