Por lo que Marvin sabía, aunque la Bruja Serpiente era fría e inflexible, todavía tenía un punto débil fatal. La maldición de la Reina Bruja la hizo incapaz de ver el sol, de lo contrario, se pudriría su piel. Sin embargo, ella era originalmente una humana de la superficie. Anhelar el sol era un instinto que todo ser vivo normal tenía.
La información que conocía sugería que la Bruja Serpiente frecuentemente dejaba la cabaña bien protegida por los alrededores del Área del Patio, mirando desde lejos al raro sol que penetraba en la Oscuridad.
Incluso desde esa distancia, podía sentir que la temperatura subía un poco. Tal vez, aquella fuese el motor de su deseo de eliminar la maldición, sin embargo, para Marvin, esta era una forma de evitar sus defensas. Después de todo, sería muy arriesgado irrumpir por la fuerza en la guarida de una bruja milenaria, aunque fuera muy poderoso.