Saydis claramente insinuaba algo, pero renunciaría a su confianza en Manonegra sólo por esta instigación. Su actitud hacia los Diablos siempre había sido diferente a sus sentimientos por otras fuerzas malignas. Y había una razón: Aunque los Diablos eran odiosos y malvados, tenían principios. Eran maliciosos y solían ser hipócritas, pero seguían reglas. Incluso si era oscuro y sucio en la superficie, todo era justo.
Los Diablos rara vez atacaban sin razón. Para ellos, todo era cuestión de apariencia… A menos que tuviera algo que ver con su enfrentamiento contra los Demonios. Preferían usar contratos y acuerdos, jugar con las emociones de las personas, y finalmente atraerlos a la corrupción.
Marvin sabía que, cuando de Diablos se trataba, mientras mantuviera en mente sus principios y sus prioridades al mismo tiempo que evitaba sus intentos de influenciarlo, todo estaría relativamente bajo control.