Estos viejos ya tenían un pie en la tumba. De hecho, si hubieran tenido algo más de fuerza, no se habrían quedado en el pueblo.
Ya todos se habían ido a Puerto Espada, y además del Caballero Oscuro que protegía el camino de la Cruz de Sangre para prevenir que un grupo grande de soldados atacara por sorpresa a Valle Río Blanco desde Bahía Joya, Valle Río Blanco se encontraba vacío.
Los Ladrones de Mano Negra realmente tomaron la decisión correcta.
Los viejos intercambiaron miradas con una fría expresión en sus rostros. En cualquier caso, estaban a punto de morir. No daba mucho miedo.
Uno de ellos dijo con voz dudosa: —No tenemos dinero.
—Jóvenes, hicieron mucho, pero no obtendrán beneficios. Esperen a que el Señor Marvin regrese y pagarán por su ofensa.
Aunque el tono del viejo era amable, el contexto era muy serio.
—¿Marvin?
El feroz hombre rió con fuerza al decir: —Viejos decrépitos, ¿de verdad creen en ese dudoso Señor Supremo?