La cueva del clérigo oficiante era inmensa y estaba repleta de escondites. Aunque había numerosas antorchas colocadas en las paredes, aun así estas hacían sombra. Esto era algo muy ventajoso para el Sigilo de Marvin.
Con su amplia experiencia, Marvin se coló fácilmente en un punto relativamente seguro y permaneció oculto entre las sombras.
El clérigo oficiante le daba la espalda a Marvin y estaba de pie en una alta plataforma. Aparentemente, estaba hablando con alguien a través de un cuenco. Marvin conocía este método: era una habilidad de comunicación a larga distancia utilizada por la facción del Patriarca Carmesí.
Cuando se vertía suficiente sangre humana en el cuenco, generaba una técnica secreta del Culto de las Serpientes Gemelas y permitía empezar una conversación con alguien que estuviera muy lejos. Esta forma de comunicación tenía los mismos resultados que las bolas de cristal, pero los materiales utilizados eran mucho más cruentos.