—Ugh…¿qué es eso? —dijo Calina bajando su cáliz e inclinándose hacia adelante, revelando su escote más grande que montañas.
—A-já—gritó—. Es el guerrero de antes. Te recuerdo ahora. ¿Viniste a unirte a mí? Quizás te lo permita. Sólo si puedes alcanzarme.
Calina logró detectar a Zhang Yang recién cuando estaba a 100 metros de ella. Su rango de nivel no estaba muy lejos de el de Zhang Yang, por eso, su aggro se había reducido, a diferencia de Kenzack o Galas donde su diferencia de nivel era demasiado grande, causando que el rango de aggro sea de 300 metros.
La elfa demoniaca tomó su cáliz y dio un sorbo. Un pequeño rastro de vino cayó y entró seductoramente entre sus pechos. Zhang Yang no pudo evitar quedarse mirando la pequeña gota de vino, por lo que no vio que Calina estaba preparando un hechizo. Una nube de nube de humo negro se formó en sus manos y se solidificó en una larga flecha, que tiró a Zhang Yang.
La flecha silbó en el aire en un microsegundo.