—¡Yaro!
Musashi y Shiro estaban gritando, furiosos, ya que no podían creer que fueron incapaces de impedir que Zhang Yang mate a Ichiban Sake. Su nivel de confianza quedó malherido cuando descubrieron su incapacidad. El retraso de la muerte de Ichiban Sake no se debía a que ellos dos representaban una amenaza para Zhang Yang en sus estados de transformación. Realmente se debía a que Zhang Yang aún no tenía ganas de matarlos.
Sólo había que echar una mirada. El Guardián había muerto con tanta facilidad… Con un sólo golpe había sido enviado a la muerte, sin necesidad de lanzar otro ataque.