Después de que Zhang Yang vacíe el cofre, salió del hoyo que había cavado y se puso a nivel del piso. Justo ahí, vio una silueta de un hombre alejándose. Seleccionó el jugador y lo examinó. Era César el Grande. El jugador debe haber obtenido el mapa del tesoro, pero estaba un paso demasiado tarde. Como todos ellos todavía eran enemigos, no había razón para encontrar problemas donde no había ninguno. César el Grande observó la situación y como no había nada que hacer, se fue. Ahora que llegó a esto, no hacía falta hacerse el valiente.
Zhang Yang saltó a su oso y fue al siguiente grupo de monstruos para matar.
—¿Tonto? ¿Cómo estás? —preguntó Han Ying Xue en el canal del equipo.
—Estoy bien. Pero todavía estoy en cuarto lugar —dijo Zhang Yang. Después de 3 o 4 minutos había encontrado un grupo de monstruos y procedió a matarlos a todos.