Zhang Yang no quería causarse problemas innecesarios, así que trató de pasar desapercibido parado en una de las esquinas del ascensor.
Sin embargo, el anciano posó sus extremadamente intensos ojos en Zhang Yang, dejándolo intranquilo, como si incontables agujas frías clavasen su corazón. Zhang Yang intentó desviar la mirada, pero después de pensarlo, ellos apenas se conocían, ¿de qué tenía miedo? Así que devolvió la mirada.
El ascensor era rápido, ya había alcanzado el piso 15 en un breve momento. ¡Ding! Las puertas del ascensor se abrieron. Pero cuando Zhang Yang estaba a punto de salir del ascensor, una mano lo interceptó bloqueando su camino a la puerta. Zhang Yang miró la mano hasta su dueño, se dio cuenta de que era de uno de los guardias del anciano.
Zhang Yang frunció el ceño con frustración y dijo: —Por favor, necesito salir del ascensor.