La gente del pueblo persiguió a Zhang Yang por cerca de dos kilómetros antes de detenerse a tomar aliento. A pesar de que se habían detenido, Zhang Yang todavía podía ver donde estaban por la luz de sus antorchas y sus gritos inentendibles.
Zhang Yang continuó cabalgando hasta que llegaron al espeso bosque antes de ayudar a Sherryl a bajarse del oso.
Sherryl finalmente se quebró. Con los ojos grandes y desenfocados dijo: —Por… por qué…
Zhang Yang suspiró. Era entendible que Sherryl reacciones de esa forma. Ella sólo tenía 16 años por el amor de dios. Zhang Yang trató de disipar la tensión diciendo: —La gente de tu pueblo da mucho miedo.
Sherryl sonrió levemente y miró en dirección a la ciudad. El brillo de sus ojos sugería que todavía estaba en shock por como la trataron en su pueblo.
Zhang Yang cruzó los brazos y cedió ante su temeridad. Dijo: —Espera aquí, volveré.
—¿A dónde vas? —preguntó Sherryl. Parecía que recuperó un poco de vigor.