Si los 500 hombres de Cielo Imperial podrían haber cambiado el curso de la batalla, las 1000 cabezas de Sirvientes Mecánicos que Zhang Yang acaba de invocar podían mandar a Cielo Imperial a casa con el rabo entre las piernas.
Justo cuando pensaron que tenían la victoria en sus manos, Zhang Yang sacó algo de su bolsillo, usó algún tipo de truco.
—¡Jajaja! Mira sus expresiones, que simpático.
—Jajaja, si esta era una comedia, podían tener esa estatuilla dorada de los Oscar.
—Oigan, dejen de jugar chicos, pueden tratar de entrar a la actuación profesionalmente.
Uno a uno, cuando se dio vuelta la situación contra Solitario Humo del Desierto, los jugadores de lado de Zhang Yang empezaron a burlarse del enemigo.