—¿Qué demonios están ustedes…? —Yan Fei Fei sacudió la cabeza con decepción y disgusto.
—Simplemente no puedes mantenerlo en tus pantalones, ¿o sí? —dijo Yan Fei Fei a Zhang Yang. Se encogió de hombros.
—¡Y a ti! ¡Algún hechizo seco, eh! ¡Literalmente te empañas con cualquier hombre que ves! No podría… sólo…¡debería darte vergüenza! ¡Estoy avergonzada de ti! ¡Contrólate, chica! —regañó a Yu Li
—Oye. ¡Entraste sin tocar! ¡Debería ser yo quien esté peleando contigo! —dijo Yu Li negándose a retroceder.
Zhang Yang no quería ser parte de esto. Se sentía hambriento. Abandonó la escena y se dirigió a la mesa para comer.
—Fei Fei, recuerdo que dijiste que ibas a grabar un video o algo. ¿Por qué regresaste tan temprano? —preguntó Yu Li.
—Tch —Yan Fei Fei chasqueó la lengua con disgusto—. Bueno ¡perdón por molestar a los dos pájaros del amor en sus preciosos momentos!