Hay una canción que dice "el corazón de una mujer es un rompecabezas…"
Zhang Yang no entendía qué le estaba pasando. ¿Podía ser? ¿Acaso había renacido con el atributo de bastardo? Sun Xin Yu quería que sea su novio (aunque técnicamente él se lo pidió), Li Ru tenía esa mirada de "me masturbe pensando en ti por varios años". Si él no moría y volvía a nacer, habría montado en este tren de placer directo al sexo. Pero, esta vez, con una mente más clara, no podía aceptar las cosas acostado, literalmente.
Los dioses deben estar locos. ¿Cómo podían jugar así con su vida? Zhang Yang nunca quiso ser el centro de un harén, por qué los dioses seguían mandando estas mujeres para compelerle de cometer tales pecados.