Después de terminar su comida y con la mente refrescada, Zhang Yang volvió a conectarse.
—Oye, Guerrero apestoso, ¿dónde has estado? —la sensual voz de Nievecilla llegó hasta sus oídos.
—¡Entrando al séptimo nivel! ¿Cómo va todo por allá? —preguntó Zhang Yang como si nada.
—Todo listo. Estamos eliminando a los monstruos del primer nivel y ya casi terminamos. En otros diez minutos, o menos, podremos entrar al segundo nivel —dijo Nievecilla con voz aguda, como si no aceptase ser incapaz de derretir a los demás con su dulzura y encanto.
—Oh, por cierto…—Nievecilla hizo una breve pausa y dijo—: El Chamán del Cielo y Buscanieves han estado preguntando por ti.