Dejamos al jefe a un lado...
¡Incluso si Parade quería detenerse, el jefe también tenía que estar de acuerdo! Sin embargo, los jefes no podían hablar ni comunicarse. Bajo las miradas hambrientas de los tres gremios aliados, Parade continuaba defendiéndose contra el jefe mientras el sudor empapaba sus espaldas. Martial Awareness sabía que no podrían ganar esta vez.
Su grupo tenía la ventaja del terreno, sin embargo, igual eran aplastados por sus oponentes. Una fuerza tan poderosa no era algo contra lo que Martial Awareness pudiera luchar, especialmente cuando un Dios era el que dirigía las fuerzas del enemigo. ¿Qué estaba pasando exactamente?