Ella no va a hacerme subir, ¿verdad? Ahora que las cosas han llegado tan lejos, Ye Xiu no podía evitar sentirse inseguro. Y cuando miró en el escenario, Su Mucheng estaba dudando con su respuesta:
—¿Número 19 o número 23? —murmuró Su Mucheng.
Los miembros de la audiencia que los rodeaban habían girado para mirarlos. Sus ojos estaban llenos de envidia. Sin importar cuál fuera su respuesta, uno de ellos tendría la oportunidad de subir.
—En este momento, solo tenemos estas dos opciones. ¿Quieres lanzar una moneda para decidirlo? —sugirió el anfitrión.
—No hay necesidad. Ya he pensado en mi respuesta —dijo Su Mucheng.
—¿Oh? ¿Entonces cuál? —preguntó el anfitrión.