—Es Porotito, ella y Pudín son gemelas. —Huo Mian abrazó a su hija con alivio.
—Jaja, lo sé, ya he visto fotos de ellas.
—Tú... ¿Nos has estado prestando mucha atención? —Huo Mian estaba un poco sorprendida.
Lu Yan asintió. —Mhm, he estado haciendo eso todos estos años. Papá también ha estado haciendo eso... Oh, cierto, viste a papá en los estados, ¿no?
—¿A papá? ¿No? —Huo Mian estaba confundida.
—Oh, cierto, me olvidé de decirlo. Llevaba un disfraz, tenía una máscara. Era el anciano que regalaba globos en Disneyland.
Después de que Lu Yan dijo eso, Huo Mian finalmente se dio cuenta.
—Dios mío, ¿ese era papá?
—Mhm.
—No lo sabía, no lo sabía en absoluto. Al principio pensé... Ah, Chu pensó que parecía sospechoso y que podría representar un peligro para nosotros, así que nos alarmamos. Pensé que sentía que algo estaba mal, no sabía que, en realidad era... —Huo Mian se sorprendió gratamente.
