—¡Jaja, por supuesto que puedo! Pudín es una niña fría e indiferente. Ella siempre es muy tranquila e inexpresiva... Porotito es una linda entusiasta que es muy buena para atraer a otras personas. Puedo distinguirlos solo mirando sus expresiones —dijo Huo Mian con una sonrisa. No podía evitar reírse cuando hablaba de las gemelas.
—Jaja, tú ganas... —Xixi también se echó a reír.
Al mismo tiempo, en el campo de golf:
Después de jugar al golf, Su Yu y Tang Chuan llevaron a las gemelas al salón para comer algo.
—Vamos, hermano, ¿por qué las traes aquí para jugar al golf conmigo? No podemos hacer nada —se quejó Tang Chuan.
—¿Qué no pudiste hacer tío Tang? tu lengua podría hincharse si sigues diciendo cosas malas sobre otras personas —replicó Porotito.
—No es así, tengo una lengua muy funcional... —dijo Tang Chuan, molestando a propósito a las gemelas.
