1860
—Mamá... ¿Qué importa si es de verdad o no? De todos modos ya tengo una novia. ¿El mundo no está en paz? —Su Yu estaba cansado y parecía no estar dispuesto a seguir hablando acerca de su relación con Jain Tong.
—¡Por supuesto que importa! Es mejor estar solo que mal acompañado... Mi hijo, estuviste soltero todos estos años. Mantuviste tu pensamiento de que querías encontrar a alguien que realmente te guste. Cómo pudiste rendirte tan repentinamente... —la señora Su lo aconsejaba con seriedad.
—¿Qué otra cosa puedo hacer además de rendirme? Y en cuanto a Mian... Ya había renunciado a ella... Siempre y cuando Qin Chu esté aquí, no tendrá ojos para nadie más... —Su Yu se veía solo.
—Pero Huo Mian no es la única chica en el mundo... No puedes renunciar al bosque entero por un solo árbol... Por más de que Mian sea una buena chica, ya tiene su propia familia feliz... No puedes ser un amante ilícito.