—Ajá, pensaré en algo. No te preocupes y descansa un poco, voy a llevar a Ni Yang a su casa.
Sin importar lo que Huo Mian pidiera, Su Yu nunca decía que no, no importaba qué tan dura fuera la tarea.
Luego de que se marcharan de la mansión Su y entraran al auto de Su Yu, Ni Yang lo observó.
—Presidente Su, gracias por cuidar de Huo Mian...
—Está bien, Huo Mian y yo somos buenos amigos, no tienes que agradecerme.
—Entonces... gracias por contratarme, presidente Su —Ni Yang sonrió con humildad.
—No te subestimes, eres una de las estrellas más populares del momento, así que contratarte valdrá la pena. Yo estaría dispuesto a hacerlo aunque no me lo pidiera Huo Mian... Después de todo, soy un hombre de negocios.
Las conversaciones de hombres siempre eran muy simples y al punto.
Luego de que Su Yu dejara a Ni Yang, condujo directo a Estrella imperial.
