El abuelo Su sacudió las manos.
—No es tu culpa, no esperabas que te atacaran tan públicamente. Es mi culpa por haber pasado por alto la situación, debí haber conseguido más gente para que te protegiera. Los dos guardaespaldas heridos se encuentran bien, solían ser fuerzas especiales y tienen experiencia en combate. Además, no les dispararon en lugares críticos, así que se recuperarán rápido. No te sientas presionada, eres realmente muy fuerte, jovencita. No puedes usar anestesia, pero aún así te las arreglaste para salir adelante sin quejarte.
Cuando el abuelo Su entró a la habitación de Huo Mian, vio que el doctor militar trataba su herida. No podía recibir anestesia por el embarazo, lo que hacía que su tratamiento sea más complicado. Sin embargo, Huo Mian ni se inmutó, y permitió que el doctor le limpiara y le cubriera la herida mientras soportaba el dolor. El abuelo Su en serio admiraba lo fuerte que era Huo Mian.