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—No tuve mucho apetito últimamente, no sé si es físico o psicológico, pero siento nauseas cada vez que huelo cosas extrañas. Sé que no voy a soportar el olor de los mariscos, así que no te molestes en ir al mercado.
—De acuerdo entonces... prométeme que me dirás si deseas comer algo.
Huo Mian asintió.
—Ah, cierto, ven conmigo un segundo.
—Claro... —Su Yu siguió a Huo Mian de vuelta a su habitación, ella tomó un cheque y se lo entregó a él.
—Es un cheque de reconocimiento internacional... debería ser fácil cobrarlo. Las transferencias bancarias no son convenientes para una cantidad así de grande.
—No necesito dinero, quédatelo —Su Yu miró la cantidad de dinero que decía en el cheque. Era la cantidad que le había prestado en secreto.
