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—Yingzi, no sobrepases tus límites... Te respeto por haber encontrado a Ni Yang y haberlo salvado de una vida llena de tragedias, pero no lo trates como un cajero automático o una máquina de hacer dinero... Realmente espero que consideres su bienestar sobre el dinero.
—¿Qué quieres decir? ¿A caso no trato a Ni Yang lo suficientemente bien?
—Si lo hicieras, no habrías filtrado su disco por dinero y culpado a Chen Jie... Si realmente lo trataras bien, no habrías evitado que tuviera citas por miedo a que ganara menos dinero. No lo habrías alentado a odiar a su madre y a su hermano para que no se reuniera con ellos.
—Tú... —Yingzi miró a Huo Mian impactada.
Huo Mian se levantó despacio de la silla.
—¿Sorprendida?
—Te investigué hace mucho tiempo.
—¿Sabes por qué no te desenmascaré la última vez que traicionaste a la compañía? —preguntó Huo Mian.
Yingzi permanecía en silencio.
