Huo Mian tenía una fuerte sensación de que la persona que le había enviado la calabaza era de su familia o alguien que la quería mucho.¿Eso significaba que iba a conocer a esa persona algún día?
Al pensar en eso, Huo Mian se emocionó mucho. Tocaba la calabaza una y otra vez, pero no quería guardarla, así que decidió usarla en su cuello.
Las calabazas ayudan a evitar el mal y obtener riquezas. Además, se rumoreaba que el buen jade protegería a su dueño y se volvería uno con él luego de un tiempo.
Huo Mian decidió que, a partir de ese momento, usaría aquel collar hasta que conociera a esa persona.
—Cariño... Aún está oscuro afuera, ¿por qué no duermes un poco más? —Qin Chu se despertó perplejo.
Se estiró para abrazar a Huo Mian; ¿quién hubiera dicho que el señor Qin sería tan pegajoso por la mañana?
—No podía dormir...
—¿Sigues pensando en la calabaza? —Qin Chu se acercó a ella y la besó en la mejilla.
