Yang Meirong estaba algo avergonzada.
—No podía terminarlo yo sola, así que pensé en dárselo a tu tía.
—Mamá... ¿Ya olvidaste como nos trataron en el pasado? —preguntó Zhixin algo furioso.
—Olvídalo, Zhixin. Mamá ya se los dio, asunto terminado. Está bien, esas cosas no son importantes.
Huo Mian no estaba molesta, sabía que su madre se preocupaba por su familia.
—Pero... ¿Te agradecerán por tratarlos tan bien, mamá?
Eso era lo único que le preocupaba.La familia de su tío era extraña: eran tus mejores amigos cuando eras rico y huían de ti si caías en la pobreza.
—No quiero que me agradezcan. Tus abuelos ya no están, tu tío es el único pariente que me queda además de tú y Zhixin...
—Lo sé, está bien, mamá. Está bien que les hayas dado todo eso —dijo Huo Mian mientras miraba a Zhixin y le hacía un gesto para que dejara de tratar de forma tan dura a su madre.Zhixin comprendió a Huo Mian y de inmediato cambió de tema.
