Huo Mian dejó de revolver su café por un segundo, y negó con la cabeza.
—Eh, mi madre me dijo que hay un doctor chino de medicina tradicional muy famoso donde ella vive y que varias parejas pudieron embarazarse luego de encontrarse con él. La medicina china no lastima el cuerpo, ¿no sería genial si resolviera tu problema? Mamá dijo que es muy bueno, y como tenemos tiempo hoy, ¿quieres ir a verlo?
Huo Mian usualmente se rehusaría, pero hoy, respondió: —Seguro.
Entonces, Huo Mian fue con Zu Lingling a la calle donde vivía su madre. Era un antiguo distrito industrial, Zhu Lingling había crecido allí y como toda su familia se había acostumbrado a ellos, sus padres no querían mudarse al centro.
Al final, luego de muchas vueltas, llegaron a un patio en un hutong. Un perro comenzó a ladrar ni bien entraron.
—¿Qué quieren? —preguntó una mujer con un acento extraño.
—Hola, venimos junto al Sr. Wang. —Zhu Lingling recordó que su apellido era "Wang".