—No, no quiero tu ayuda —respondió Huang Yue mientras rechinaba sus dientes.
—Bien, si eso es lo que quieres, ¿qué más puedo decir? —dijo Huo Mian, y sonrió amargamente.
—Lo siento, hermana mayor, sé que eres buena conmigo, pero tengo demasiado de qué preocuparme.
—No, no necesitas disculparte conmigo. Zhixin es a quien decepcionaste. Los había desaprobado porque ustedes dos eran demasiado jóvenes y también porque su forma de manejar las cosas era inmadura, y lo sabía. Que ustedes dos se harían daño el uno al otro... Pero Zhixin estaba muy enamorado de ti, y como su hermana mayor, no podría soportar separarlos a ustedes dos. No los culparé por cómo resultaron las cosas. Solo espero que no sigas teniendo a Zhixin colgando en tus manos. Si quieres romper, solo díselo, no lo hagas esperar como un tonto.
—Está bien se lo diré esta noche —dijo con dificultad Huang Yue.