—Paso —murmuró Su Yu, mirando las cartas en su mano.
Ni bien Wei Liao iba a hacer una jugada, se detuvo al ver la expresión de Su Yu.
—Pasaré también —balbuceó Wei Liao.
Finalmente, el casero llegó hasta Huo Mian exitosamente.
—4, 5, 6, 7, 8, 9, 10.
Huo Mian tenía una serie consecutiva de cartas.
—Paso —dijo Su Yu.
—Yo... pasaré de nuevo —dijo Wei Liao con dificultad, mientras miraba el 8, 9, 10, la jota, reina, rey y as en sus manos.
Huo Mian notó que algo ocurría con Wei Liao, por lo que advirtió: —No necesito que me lo dejen fácil. Esta es una competencia, no un juego amigable. Deberían jugar como lo harían normalmente.
—No te lo estoy dejando fácil, no lo necesito —explicó Su Yu.
—Sí, de verdad no lo necesito —dijo Wei Liao y apretó la mandíbula. En el fondo, él había decidido que, ya que iba a ayudar a Su Yu con esta chica, él elegiría algo caro de la mansión de Su Yu luego de desembarcar, así no perdería en vano.