"No eres ese tipo de persona, por lo que le hiciste a Qin Chu en la graduación. Su familia es mucho más rica que la mía y aun así rompiste con él. Obviamente no eres una caza fortunas".
"Eres gracioso. Gracias por el halago, pero no creo que seamos buenos el uno para el otro".
"Vamos, te trataré bien, en serio. Huo Mian te prometo que seré bueno contigo por el resto de mi vida. Me ocuparé de tu madre y tu hermano hasta el día que muera".
"Wei Dong, gracias".
Y con eso, Huo Mian cerró WeChat, sin ganas de seguir con el juego. Su corazón se aceleró cuando Wei Dong mencionó lo que le hizo a Qin Chu en la graduación...
En eso, el celular de Huo Mian empezó a sonar.
—¿Lingling?
—Mian, te lo digo, solo ignora al idiota de Wei Dong. Su personalidad es horrible. Escuché que siempre está cambiando de novia. ¡Justo ahora me dijo que intentaría convencerte de que te cases con él! Ha de estar soñando.
—Solo bromea. No lo tomé en serio.
—Habla en serio. Cuando estábamos en la preparatoria él siempre dejaba golosinas en tu banco en secreto y tú nunca te diste cuenta. Verdaderamente creo que quiere casarse contigo, ya que para él, tú eres una diosa. Pero los hombres como él son todos iguales, anhelando lo que no pueden tener. Una vez que te tenga por un par de años, se aburrirá y te engañará. He visto muchos cerdos como él.
—Lo sé, Lingling.
—Bueno, solo te lo recuerdo.
Cuando colgó luego de la llamada de Lingling, notó que había llegado al Hospital de Cuarto Grado. Huo Mian llevó a la habitación un pan y sopa de huevo.
—Mamá, debes esta hambrienta. El tráfico era muy malo —dijo Huo Mian y sonrió.
El rostro de Yang Meiron mantuvo una expresión disconforme mientras silenciosamente tomaba la comida de las manos de Huo Mian.
—Quiero me den el alta mañana.
Huo Mian pausó por un segundo, antes de notar que su madre estaba lo suficientemente sana como para ir a casa.
—Mhm, iré a preguntarle al doctor. Nos marcharemos ni bien baje tu presión arterial.
—¿Cuándo te vas a casar? Escuché a Zhixin decir que ya compraste un departamento —preguntó Yang Meirong casualmente.
A pesar de que Ning Zhiyuan rara vez visitaba a Yang Meirong cuando él salía con Huo Mian, nunca le dio problemas. Como mucho, habrá estado poco entusiasmada.
—Ya no nos vamos a casar —respondió Huo Mian mordiendo su labio levemente.
Yang Meirong pausó mientras comía su pan y la observó con una mirada afilada —¿Qué sucedió?
—A Zhiyuan le gusta otra persona ahora —Huo Mian respondió selectivamente, no queriendo aceptar la culpa. Pensó que a su madre le haría mal escuchar el nombre de Qin Chu, así que hizo lo que pudo para evitar mencionarlo.
De todas maneras, Yang Meirong sugirió con desdén —¿Es porque le gusta otra persona o porque tú reavivaste tu amor por ese otro chico?
—Mamá, no fue así.
El rostro de Huo Mian palideció. No esperaba que su madre fuese tan directa.
—Huo Mian, te digo que tendrás una vida estable si te casas con alguien tan promedio como Ning Zhiyuan. Han pasado años, y pensé que ya habías encontrado tu lugar. No puedo creer que sigues tan delirante, tan obsesionada con ese Qin Chu. Te lo digo ya, estás cavando tu propia tumba. Ten en cuenta que sus padres básicamente intentaron asesinarte hace siete años, y solo estás viva porque el Tío Jing te salvó. Si se enteran de que aún estás involucrándote con su hijo, te matarán.
—Mamá, no lo haré. No te enojes —dijo Huo Mian, extendiéndose para tomar la mano de su madre.
—¡Vete! No me toques —exclamó Yang Meirong, arrojando la comida al suelo, haciéndola retumbar contra el suelo.
—¿Qué sucede? —irrumpió una enfermera.
—¡No quiero verla! ¡Sáquenla de aquí! —gritó Yang Meirong, señalando a su hija.
—Usted debería irse, la paciente se está poniendo algo inestable —aconsejó la enfermera.
Huo Mian se sintió horrible. Estaba preocupada por su madre, pero como no quería hacerla sentirse peor, no tuvo elección más que irse. En ese momento su teléfono comenzó a sonar, el identificador de llamadas indicaba que era la enfermera jefe.
—Enfermera jefe, ¿está todo bien?
—Huo Mian, el director aprobó tu pedido. Ven al hospital.