Antes de que Huo Mian tuviera oportunidad de empujarle, él soltó las manos de ella repentinamente. Una sonrisa malvadamente seductora apareció en su rostro mientras él levantaba la mejilla de Huo Mian.
Con una voz magnética dijo: —Huo Mian, he vuelto.
Huo Mian tembló ligeramente cuando escuchó esa voz tan familiar, y mientras miraba sus ojos evocadores, las cosas que reprimió por tanto tiempo parecían emerger de muy dentro suyo.
Ella ni siquiera podía recordar lo apurada que estaba al salir del lavabo, o cuán torpemente abrió la puerta. Solo sabía que estaba completamente aturdida.
—Mian, ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan... pálida?
Zhu Lingling se paró rápidamente a ayudar a Huo Mian.
—Estoy bien.
La cara de Huo Mian se veía extremadamente pálida a pesar de que dijo que no había pasado nada.
Luego de pensarlo por un momento, ella decidió irse. Huo Mian se acercó cuidadosamente a la Señora Yao y le dijo al oído —Señora Yao, lo siento, pero debo irme ahora. Volveré en otro momento por mi cuenta y la visitaré.
La Señora Yao miró a Huo Mian profundamente y asintió—de acuerdo, cuídate en el camino de vuelta.
A Huo Mian no le importaba la mirada de nadie más. Tomó su bolso y se fue. Su salida fue tan abrupta que confundió incluso a Zhu Linling.
—Huo Mian es tan arrogante y falsa, nunca vino a ninguna de las reuniones. ¡Qué show! Sabía que tramaba algo cuando decidió venir esta vez. Seguro se habrá enterado que venía Qin Chu, y ahora se va temprano para intentar seducirlo. ¡Qué taimada y oportunista! Usó el mismo juego del gato y el ratón para seducir a Qin Chu en la preparatoria y ahora lo hará de nuevo. Me enferma —maldijo Liu Siying sin parar.
Sus otros compañeros no tenían comentarios que agregar porque habían pasado siete años desde los eventos que sucedieron entre Huo Mian y Qin Chu.
Huo Mian sabía que Qin Chu era muy peligroso, y sentía el mismo desconcierto que en esa época. Pensó que había olvidado todo hace mucho tiempo, pero ¿quién imaginaría que esos mismos sentimientos volverían a aparecer cuando lo viera hoy?
Recuerdos llenaban su mente como una inundación causada por una represa rota.
Muchas cosas sucedieron en la noche de su graduación hace siete años, y en un momento ella creyó que nunca volvería a ver a Qin Chu de nuevo.
Tiempo después, este hombre desapareció misteriosamente y nadie sabía donde había ido.
Ahora, repentinamente volvía como magia. Era increíble.
Huo Mian vivia en un mundo ordinario, ¿cómo podría soportar este tipo de tormento?
No importaba qué sucediera, Huo Mian no se atrevería a interactuar con Qin Chu de nuevo. Justo como hace siete años, no importaba cuanto se amaran, ellos nunca podrían estar juntos, ya que provenían de distintos mundos. Además, no creía que ellos fuesen a encontrarse de nuevo luego del incidente. Después de todo lo que ella había pasado, su único sueño ahora era casarse con un hombre estable y vivir cómodamente por el resto de su vida.
Luego de que abandonó el hotel y se subió a un taxi, su teléfono empezó a sonar sin parar y las llamadas eran de Zhu Linging. Huo Mian no atendió las llamadas porque no tenia idea de que decir. Su mente estaba dispersa como si hubiera perdido la habilidad para pensar.
Eran casi las once cuando volvió a su casa. Huo Mian abrió la puerta y estaba completamente oscuro dentro.
Luego de encender las luces, notó que no había nadie dentro o fuera de la habitación. Pareciera que Ning Zhiyuan aún no había terminado su turno nocturno.
Su novio, Ning Zhiyuan, alquiló este departamento de dos habitaciones luego de que ambos se graduaron. Ella vivía allí también porque era más fácil cuidar de Ning Zhiyuan, y además quedaba cerca del hospital donde ella trabajaba. No necesitaba tomar el autobús y podía despertarse un poco más tarde. El ambiente era agradable y la renta estaba dentro de su presupuesto. Huo Mian siempre pensó que sería genial vivir ahí hasta que compraran su propia casa. También, con Ning Zhiyuan, Huo Mian ya sentía la calidez de un hogar.
Habían estado juntos por un buen tiempo ya, pero a decir verdad, Huo Mian era consciente de que gran parte de sus sentimientos eran de dependencia mutua más que de amor.
Huo Mian tomó una ducha caliente rápida, se puso sus pijamas, y volvió a su habitación a descansar.
Justo en ese momento, su teléfono empezó a sonar, y ella vio un número desconocido.