—Niñas, terminen sus fideos, si no se enfriarán —dijo Qin Chu con amabilidad.
Cuidar de las niñas de seguro era difícil... Él pensaba que cortejar a las gemelas sería fácil y las cosas estarían bien siempre y cuando las sacara a comer y a jugar. Sin embargo, a Qin Chu lo impactaba cada cosa que decían Pudin y Frijolito. Pudin en especial, porque a veces hacía preguntas difíciles a las cuales él siempre contestaba con nerviosismo. No quería enfadar a su hija.
La verdad era que, aunque Qin Chu se sintiera culpable con Huo Mian por no haber vuelto a casa durante cuatro años, él sabía que ella lo entendía y que su relación volvería despacio a la normalidad. Sin embargo, las gemelas no lo conocían tan bien como ella. Por lo tanto, quería conectar con ellas, lo que parecía increíblemente complicado.
—Papi, ¿en qué piensas? —preguntó Pudin mientras lo miraba.
—En nada.
—Mentiroso, tu rostro dice: "hay algo que me preocupa".
Qin Chu: —...