—Mi esposo hizo los preparativos, yo soy como su asistente personal. Huo Mian sonrió. Al oírla, Bella sintió un gran respeto por Huo Mian. Llevaba algunos días trabajando junto a la Joven Señora y estaba al tanto de lo ocupado que estaba el presidente Qin, que no tenía absolutamente ningún tiempo libre para organizar los planes para la oficina central.
Huo Mian había tomado todas esas decisiones ella misma, pero, cuando se lo preguntaron, ella le dio todo el crédito a su esposo. Ya casi no quedaban mujeres leales como ella...
Un tiempo antes, la mujer del presidente de un conglomerado había escrito un libro en un intento de librarse de cualquier culpa. Allí, ella se mostraba como una líder inspiradora, mientras que el presidente de la gran compañía era presentado como un hombrecito despistado. Todos los seres humanos son egoístas, hasta los amantes escogen tomar ventaja del otro siempre que puedan.
